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Our Story

Fundación - Nuestra Historia

Estefani, de ocho años, no puede ir a la escuela porque su familia no puede pagar su uniforme. Por esta razón, Estefani tuvo que aprender por sí sola a leer y a escribir. Tristemente, miles de niños enfrentan el mismo dilema de Estefani. Pero tú puedes ser la diferencia. Por sólo 75 dólares canadienses – el mismo precio de una salida de noche – puedes generar un gran cambio en la vida de un niño.

Mensaje de Judith K. Bernhard
Directora fundadora
Adelante: Fondo para la Educación de los Niños Latinoamericanos

Mi filosofía

Como profesora de Educación en la Primera Infancia (ECE, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Ryerson y directora del programa de maestría en Estudios de la Primera Infancia, me he enfocado en el desarrollo de prácticas educativas innovadoras. Siendo el español mi primera lengua, estoy particularmente interesada en las necesidades de aprendizaje muy particulares de los niños latinoamericanos y sus familias. 

Mi trabajo está guiado por una fuerte creencia: todos los padres, incluso aquellos que son pobres o analfabetas, pueden contribuir en la educación de sus hijos. De hecho, las notas de los niños mejoran cuando los profesores amplían su concepto convencional de “conocimiento” e incluyen formas de conocimiento cultural y lingüísticamente específicas. Este proceso, sin embargo, implica ir más allá de las prácticas tradicionales de aprendizaje que exigen a los niños memorizar hechos aislados, con frecuencia un pilar educativo fundamental en los países en desarrollo. 

Experiencias que cambian la vida

Hace pocos años, empecé a viajar regularmente a República Dominicana. Al principio, mi trabajo implicaba el tema del desarrollo curricular para la Universidad de Ryerson y, luego, la creación de un programa de alfabetización para niños dominicanos. Eventualmente, empecé a trabajar con una agencia internacional para capacitar y asesorar a profesores dominicanos.

Mi trabajo en el país ha sido bienvenido y, en el camino, me he familiarizado con la política nacional. He tenido la oportunidad de discutir mi trabajo con Leonel Fernández, presidente de República Dominicana. También he dado presentaciones para servidores públicos en la capital Santo Domingo, así como para estudiantes y miembros del cuerpo docente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Mis experiencias en la República Dominicana me han abierto los ojos y me han cambiado la vida. Trabajar y vivir en comunidades locales, me llevó a tener gran admiración por las fortalezas de los dominicanos. He visto el papel vital que las experiencias de primera mano tienen en el proceso de aprendizaje. También he sido testigo del poderoso impacto de la educación en los niños, sus familias y sus comunidades.

El nacimiento de Adelante

En una visita a República Dominicana, visité la casa de dos hermanas, de 9 y 10 años, quienes eran estudiantes del programa de alfabetización. Mientras estaba ahí, me sorprendí al conocer a una tercera hermana de la familia – una niña muy expresiva de 8 años de edad llamada Estefani. Increíblemente, si bien Estefani no había ido a la escuela nunca, había aprendido por sí sola a leer y escribir.   

Le pregunté a la mamá de la niña por qué no había asistido a clases como sus hermanas. Su respuesta me partió el corazón. 

“Las tres niñas pueden ir a la escuela gratis”, explicó la mamá de Estefani, “pero la familia sólo puede pagar un uniforme. Una de mis hijas lo usa de día y otra, de tarde”. 

Muy sorprendida, me di cuenta de que hay muchos niños en la comunidad como Estefani. Son niños inteligentes e inquisitivos que aspiran a ir a la universidad, a tener una profesión, y a ayudar a sus familias y comunidades. ¿El obstáculo? El costo prohibitivo de los uniformes de la escuela primaria. 

Como canadiense, era impensable para mí que algo tan pequeño pudiera entorpecer la educación. Después de hablar con amigos, propietarios de pequeños negocios, turistas y grupos visitantes, aprendí que muchas personas estaban ansiosas por ayudar; el problema era que no sabían cómo hacerlo usando nada más que su ajustado presupuesto.

La verdad es ésta: es simple y fácil hacer una diferencia para niños como Estefani. Estoy inspirada en ayudar a crear una organización que haría precisamente eso. 

Trabajando con un equipo de educadores canadienses, formamos Adelante: Fondo para la Educación de los Niños Latinoamericanos. El nombre “adelante” es muy positivo y no puedo pensar en una mejor forma para describir nuestro trabajo – estamos ayudando a los niños a avanzar con su educación y sus vidas. 

Cómo funciona

Nuestra fundación proporcioina uniformes a niños, dándoles así la capacidad para asistir a la escuela. El uniforme usualmente le sirve a un niño por dos o tres años, después de los cuales puede ser usado por otros parientes en la familia.  

Por solo 75 dólares canadienses – el mismo precio de una salida de noche – puedes generar un gran cambio en la vida de un niño.  Lo mejor es que su regalo seguirá dando beneficios, haciendo la diferencia en el futuro de muchos niños.

Por favor, ayudenos a ayudar ahora.